Cuando llegaba la noche comenzaba a salir un gran ruido de ese lugar y el temor estaba entre todos los vecinos. Cuando llegaba el día no se veía a nadie. Así que, pensaron ir hasta el castillo cuando se escuchara ese sonido y los más valientes así lo hicieron.

Al comenzar la noche y escuchar estos ruidos los vecinos se pusieron en marcha hacia aquel lugar. Cuando llegaron pudieron ver la presencia de un esqueleto que se encontraba a solas en una habitación con música y bailando.

No daban crédito a lo que estaban viendo y bajaron rápidamente para comunicarles al resto lo que estaba ocurriendo.

Todos quedaron sorprendidos al escuchar lo que les contaron y decidieron subir para comprobar si era cierto. Cuando llegaron no podían creer lo que sus ojos veían pero, más sorprendidos quedaron al ver que el esqueleto los llamaba para que bailaran con él. Una de las vecinas, la más valiente y decidida, se puso a bailar con él y el resto al comprobar que era un esqueleto bueno, se pusieron a bailar juntos el baile del esqueleto. 

Desde este día, todos los vecinos se reúnen en el castillo la noche de Halloween para celebrar esta fiesta junto al esqueleto marchoso. 

Indagar en las cosas que nos despiertan interés es bueno porque, en muchas ocasiones, lo que descubrimos son cosas positivas y agradables que nos hacen pasarlo bien y vivir experiencias nuevas y divertidas.